Este jueves 21 de enero, el Superior Provincial de la Compañía de Jesús en España, P. Antonio España SJ, acompañado por Susana Pradera, responsable de Entorno Seguro, Antonio Allende, delegado del sector de educación y José María Rodríguez Olaizola, secretario de comunicación, han presentado el trabajo realizado en la creación de entornos seguros en las instituciones y actividades de la Compañía de Jesús. En rueda de prensa, celebrada en Madrid los cuatro han ido compartiendo información sobre la puesta en marcha de protocolos y planes para prevenir, formar y garantizar que las instituciones de la Compañía de Jesús sean espacios seguros para menores y personas vulnerables. La realidad de los abusos nos hace muy conscientes de la necesidad de trabajar en todas nuestras instituciones en esta dirección.
Esta presentación (la primera vez que se presenta un informe de Entorno Seguro) incluía además otro contenido. Hace dos años, en el contexto del encuentro extraordinario del papa en Roma con los presidentes de las conferencias episcopales, uno de los compromisos que como Compañía de Jesús adquirimos con las víctimas, con la opinión pública y con nosotros mismos, era poder investigar y sistematizar lo que conocemos sobre abusos en el pasado. En esta línea, se han presentado los resultados de dicha investigación, que recoge datos sobre abusos cometidos por religiosos jesuitas en España desde finales de los años 20 hasta la actualidad.
El esfuerzo por la transparencia es un deber. Primero, hacia las personas que han sufrido abusos. Sus heridas, su camino y su voluntad de saber ha sido para la Compañía de Jesús un acicate para tratar de dar respuesta. El provincial reiteró en la rueda de prensa la petición de perdón, por los abusos que los jesuitas han cometido, por las respuestas insuficientes que se han dado en el pasado, y por el enorme dolor causado a las víctimas y a sus familias. El camino hacia la sanación aún es largo. La voluntad de ir respondiendo y de establecer cauces de reparación está en marcha, pero somos conscientes de que esto es un camino largo y difícil.
Esperamos que este esfuerzo por clarificar el pasado ayude a hacer justicia y contribuya también, en el presente y el futuro, a que algo así no vuelva a ocurrir en nuestras instituciones.
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