Este miércoles 15 de mayo una veintena de personas participaron en un diálogo y análisis convocado por Cristianismo y Justicia sobre los abusos sexuales en la Iglesia. El encuentro contó con miembros del centro de estudios Cristianismo y Justicia, y también algunas personas que trabajan en esta cuestión en varias congregaciones religiosas.
El tema se abordó desde una perspectiva social, psicológica, teológica y religiosa, intentando identificar las causas de estos abusos y los cambios que deberían producirse en la Iglesia para evitar que esto se vuelva a repetir y dar una respuesta a las víctimas y la sociedad.
El diálogo abierto entre todos los asistentes y moderado por Jaume Flaquer tuvo como punto de partida las aportaciones iniciales de tres invitados, que ofrecieron aproximaciones al tema desde perspectivas diversas. El jesuita, psicólogo y teólogo Luis María García Domínguez; la psicóloga y jefe de relaciones institucionales de la Fundación Vicki Bernadet, Pilar Polo; y el escolapio y catedrático emérito de antropología biológica en la UAB Ramon Maria Nogués.
Luis María García inició su intervención destacando como "escuchar y acompañar a las víctimas te cambia la perspectiva". Habló también de algunos de los factores que han favorecido la impunidad y la falta de una respuesta adecuada a la problemática por parte de la Iglesia. A partir de su amplia experiencia en la formación de jesuitas, explicó cómo hay que trabajar esta cuestión ya desde la selección y formación de quienes quieren entrar en la vida religiosa.
La psicóloga Pilar Polo explicó cómo los abusos se producen sobre todo cuando se dan dos condiciones: el poder y la oportunidad. Y expuso los mecanismos que utilizan los abusadores, para detectar la vulnerabilidad en las víctimas y ganarse su confianza. Por eso, dijo, deberíamos ser capaces de detectar nosotros estas vulnerabilidades para fortalecerlas.
Desde la perspectiva de la neurobiología, Ramon M. Nogués apuntó algunos factores que podrían estar vinculados a las causas de los abusos, reconociendo e insistiendo en que no serían suficientes para explicarlos.
A lo largo del diálogo fueron surgiendo diversas cuestiones, como el entorno que en algunos casos no ha sido capaz de ver el abuso o incluso se ha convertido en encubridor. En este sentido se habló de los elementos que pueden favorecer la prevención y la protección de los menores. Pilar Polo destacó el trabajo de centros y docentes que ya están trabajando para poder abordar estas cuestiones de una forma adecuada con los niños y jóvenes, empoderándolos y favoreciendo entornos en los que los menores pueden identificar y verbalizar lo que les está pasando sea en el colegio, en el ámbito familiar o en cualquier otro espacio.
También en esta línea salió la importancia de formarse en el saber escuchar y acompañar, para que las personas que son receptoras de la verbalización de un abuso por parte de un menor sepan cómo deben responder.
Todos los participantes coincidieron en la necesidad de hablar y reflexionar sobre esta cuestión, ya que las cifras de abusos a menores en los diversos ámbitos en los que se producen son abrumadoras y dramáticas. Por ello, Cristianismo y Justicia seguirá trabajando sobre este tema en los próximos meses.