Después de seis años de trabajo con el Servicio Jesuita a Refugiados, a partir del próximo mes de septiembre el jesuita Pau Vidal se incorpora a la Fundación Migra Studium de la Compañía de Jesús en Barcelona para coordinar el proyecto CIE y el trabajo del grupo de voluntarios que visitan y acompañan personas que se encuentran en el Centro de Internamiento de Extranjeros de Zona Franca.
Pau ha llegado a Barcelona tras una intensa etapa en los campos de refugiados de Kenia y Sudán del Sur, donde ha trabajado sobre todo en proyectos educativos, pastorales y de acompañamiento. "Incorporarme al proyecto CIE significa seguir acompañando a las personas que se ven forzadas a dejar sus casas y tierras, ahora desde esta orilla del mediterráneo", dice Pau, recordando que estas personas desplazadas a menudo son criminalizadas y privadas de libertad.
Un trabajo que se proyecta también a intentar ayudar a la sociedad occidental hiperconectada y descorporalitzada a acoger a los que no tienen casa, a celebrar la diversidad y generar fraternidad y que, para Pau, significa recordar la llamada que hizo Dios al su pueblo: "amarás [extranjero] como a ti mismo, porque tú también fuiste extranjero en Egipto." Tomará el relevo en el programa CIE de Marga García, que se incorpora ahora al equipo de acogida de Migra Studium.
Tercera probación en México
Pau Vidal ha pasado los últimos meses en México, donde ha completado la última etapa de formación como jesuita, lo que se conoce como "tercera probación". Consiste en seis meses de experiencia, durante los cuales los participantes hacen los Ejercicios Espirituales y viven un momento de renovación y profundización interior compartido con otros compañeros jesuitas que provienen de lugares e itinerarios diversos.
"Después de años de vida muy abocada hacia fuera, este ha sido para mí un tiempo privilegiado de recuperar el centro, la profundidad y recoser el corazón. También ha sido momento para sentir la confirmación de la vocación a la Compañía como mi camino hacia Dios". Así es como define la experiencia de estos seis meses en México, durante los que ha identificado una llamada fuerte "a ser más que hacer". Una llamada que reconoce también en el trabajo hecho en África: "los refugiados con los que establecí amistad ciertamente valoraban las actividades y proyectos que llevábamos a cabo, pero finalmente, lo que más agradecían eran los ratos que pasábamos juntos, el tiempo de calidad".
Recientemente ha compartido su experiencia en este vídeo publicado en el portal de información de la Iglesia de Barcelona.
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