El viernes 4 de diciembre, la sala de actos del colegio Jesuïtes Sarrià-Sant Ignasi de Barcelona acogerá la actuación de la formación musical Ensamble Moxos. Se trata de un grupo musical singular, formado por una veintena de jóvenes indígenas bolivianos de origen humilde, que han conseguido mantener y potenciar la tradición musical de la Amazonia boliviana, evitando la pérdida de este fenómeno cultural, convirtiéndose en uno de los principales exponentes artísticos de la Bolivia indígena.
El grupo combina voces, instrumentos de cuerda, de viento y de percusión, y se acompaña con interpretación de danzas populares. Su repertorio está formado por obras del llamado barroco jesuítico, que es la música que caracterizó las reducciones jesuíticas del siglo XVII, así como por piezas de música indígena tradicional.
La orquesta llega a Cataluña en el marco de una gira europea. En Barcelona ofrecerán un concierto abierto al público en el colegio de Sarriá el 4 de diciembre. El día anterior actuará para los alumnos de Jesuïtes Gràcia-Colegio Kostka.
La recuperación de los tesoros musicales de la Amazonia
Hace 20 años parecía que la tradición musical de San Ignacio de Moxos, en la Amazonia boliviana, se estaba perdiendo. Para evitarlo, en 1996 se creó el Conservatorio de Música, bajo la supervisión del compositor checo Jiri Sommer, que durante dos años fue recuperando el pasado musical de las Reducciones jesuíticas de la Chiquitanía y fue preparando las nuevas generaciones en este arte.
La orquesta que actuará en Barcelona está integrada por jóvenes de origen muy humilde, que gracias a la música, con entusiasmo e ilusión, han podido actuar en algunos de los auditorios más importantes del mundo, como la sede de la UNESCO en París, el año 2013 en la celebración del reconocimiento como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad de la fiesta patronal de San Ignacio de Moxos. La combinación de instrumentos de cuerda y flautas dulces, y la ejecución de obras del barroco jesuítico, les ha merecido la atención de musicólogos bolivianos y de todo el mundo.
Las Reducciones jesuíticas: la raíz de una utopía
Las reducciones jesuitas son un conjunto de asentamientos de pueblos indígenas creados en el siglo XVII por misioneros jesuitas en las regiones fronterizas de los territorios bajo control español y portugués, en un espacio que abarcaba partes de la actual Argentina, Uruguay, Paraguay, Brasil, Bolivia, Perú, Colombia y Venezuela. Constituyen uno de los aspectos más sorprendentes de la evangelización del continente americano.
La vida de las reducciones se caracterizaba por un entonces inusual respeto a la persona. Los jesuitas se convirtieron en acérrimos defensores de los derechos de las comunidades que tenían bajo su protección. Las reducciones fueron una experiencia innovadora de organización social, de desarrollo económico y cultural, y de salvaguarda de la libertad y de la dignidad de las personas ante los abusos del sistema colonial. Casi 200 años después, en 1768, portugueses y españoles, por el Tratado de Límites firmado por ambos países, deciden definitivamente poner fin a la administración jesuítica sobre las reducciones. El posicionamiento de los jesuitas contra la esclavitud y en favor de los indígenas, tal como presenta la película "La Misión", fue una de las causas presentadas por los detractores de la obra misionera jesuítica en la región.
El colegio Jesuïtes Sarrià-Sant Ignasi y San Ignacio de Moxos
Desde hace más de 15 años que el colegio Jesuïtes Sarrià, de la red Jesuïtes Educació, mantiene una estrecha colaboración con la población boliviana de San Ignacio de Moxos, donde impulsa un proyecto educativo. Cada año, durante el mes de julio, una veintena de jóvenes viajan en la Amazonia boliviana donde conviven y comparten experiencias con las comunidades de San Ignacio de Moxos. Por otra parte el colegio acoge en Barcelona la orquesta de la Escuela de Música de San Ignacio de Moxos en sus giras europeas.
El concierto tendrá lugar a las 19:30h del día 4 de diciembre, en la sala de actos del colegio, situada en la calle Carrasco i Formiguera 32 de Barcelona. La entrada es libre y el concierto cuenta con el apoyo de la Asociación de Antiguos Alumnos de Sant Ignasi-Sarrià.