Manu Andueza nos presenta el curso de formación de voluntariado de VOLPA Cataluña

El próximo mes de enero comenzará una nueva edición del curso de formación de voluntariado de larga duración de VOLPA Cataluña. VOLPA es una organización que tiene como misión la promoción de la justicia mediante la formación y el acompañamiento de voluntariado, entendiendo este voluntariado como un compromiso de transformación de las estructuras y actitudes sociales y culturales que perpetúan las desigualdades entre los pueblos. En Cataluña, la entidad existe desde 1995. Desde entonces ha llevado a cabo diversas iniciativas de formación y acompañamiento de voluntarios y voluntarias que han hecho experiencias en países del Sur.

Manu Andueza, nos explica en esta entrevista cómo es la formación ofrece VOLPA y cuál ha sido su propia experiencia como voluntario.

¿Como se entiende el voluntariado desde VOLPA? El voluntariado es un estilo de vida. Es una manera de estar en este mundo, de participar de la vida, de una vida descubierta desde la solidaridad.

¿En qué consiste el curso de formación de VOLPA? El curso consiste en seis meses de formación en diversos temas y dos fines de semana de profundización en uno mismo. Es una formación amplia que incluye aspectos diversos como la salud, la economía, el medioambiente, la cultura, la religión, etc. Es así porque desde la experiencia del voluntariado de larga duración vemos la necesidad de una buena formación tanto en aspectos concretos de la vida de los países del sur como en elementos globales y factores sociales y mundiales que permiten entender la situación. Queremos ofrecer una formación que abre posibilidades de profundizar en cada uno de los temas y que invite a la gente a pensar ya ser críticos. El programa del curso de este año se puede consultar aquí.

¿Se orienta exclusivamente al voluntariado internacional? No. Es cierto que después del curso se ofrece la posibilidad de hacer un voluntariado internacional, pero la formación es para todo aquel que quiera plantearse el tema del voluntariado y que quiera formarse sobre las relaciones norte-sur, o también para personas que estén interesadas en este tema.

¿Por qué consideráis tan importante esta formación para cualquier persona que quiera hacer voluntariado? Nuestra experiencia es que los voluntarios agradecen mucho esta formación y son muchos los que, al volver de la experiencia, nos dan las gracias y nos dicen que quieren seguir su formación y su relación con la entidad.

Aparte de las sesiones del curso, ¿hay después un acompañamiento y seguimiento a las personas que están haciendo la experiencia de voluntariado? Sí, este elemento es fundamental. Al finalizar el curso se ofrece la posibilidad de hacer un voluntariado en el sur de larga duración (dos años). Las personas interesadas empiezan un nuevo proceso que durará tanto como el curso de voluntariado. A cada persona se le asigna un tutor que trabajará con ella más personalmente todos los aspectos que se consideran necesarios antes de irse, además de encontrar un lugar para hacer el voluntariado. Durante el tiempo del voluntariado se mantienen estas tutorías para dar apoyo a la persona. Y a la vuelta también hay un proceso para ayudar a aterrizar de nuevo al norte y para situar todo lo vivido y descubierto en el sur.

Estos últimos años de la crisis económica, ¿ha cambiado el enfoque del voluntariado? Todo cambia, obviamente. La realidad de las migraciones está variando, las relaciones también... Todo esto hace replantear el porqué y el cómo del voluntariado, pero no ha cambiado la necesidad de dar respuesta al mundo actual. Al contrario, tiene más sentido. Tampoco cambia la necesidad de que norte y sur hagan otro mundo posible y necesario. Y la experiencia de vida compartida puede ayudar a dotar de herramientas para la construcción de este mundo.

¿Cuáles son las motivaciones de las personas que llegan al curso? Esta pregunta es muy interesante, porque al comienzo del curso hablamos de las motivaciones personales. Y lo volvemos a hacer al final. Constatamos año tras año que éstas cambian. No es lo mismo lo que se dice al inicio que después de hacer el curso. Por eso nos gusta decir que, de entrada, cualquier motivación es buena. Por lo tanto, yo diría que el curso va dirigido a todos los que quieran, cualquiera que tenga algo por dentro que lo hace vivir y lo hace mover para hacer posible ese otro mundo que seguro es mejor.

¿Cuál es tu propia experiencia con VOLPA? Como el resto de personas que están en el equipo yo participé del curso, e hice un voluntariado. Concretamente, mi mujer y yo nos fuimos dos años en Ecuador. Fue una experiencia que nos ayudó a crecer, a mirar el mundo con otros ojos y desear vivir desde el que habíamos compartido y descubierto. No diría que es un antes y un después para toda la vida es un constante proceso de descubrimiento y crecimiento, pero sí afirmo que Ecuador- y al decir esto quiero decir el voluntariado, la solidaridad, otra manera de vivir y entender el mundo, la justicia, las relaciones... - está presente cada día cuando me levanto y empiezo una nueva jornada, y cuando vuelvo a la cama, al revisar el día y valorar mi fidelidad a lo que Jon Sobrino llama la realidad más real de este mundo. Volpa es parte de mi historia, porque es una manera de vivir y de ser.

Más información: www.volpa.org