El pasado sábado 3 de marzo tuvo lugar en la sala de actos de Cristianismo y Justicia la Jornada "Diversidad y trascendente, caminos de convivencia", coorganizada por el Espacio Interreligioso de la Fundación Migra Studium y el centro de estudios Cristianismo y Justicia.
El objetivo de la jornada era reflexionar sobre cómo la experiencia espiritual y religiosa puede revelarse como un espacio de convivencia. Inauguraron el encuentro Marcel·lí Joan, director general de Asuntos Religiosos de la Generalitat de Cataluña; Khalid Ghali, coordinador de la Oficina de Asuntos Religiosos (OAR) del Ayuntamiento de Barcelona; Mª del Carmen de la Fuente, directora de la Fundación Migra Studium y Jaume Flaquer, jesuita y director adjunto de Cristianismo y Justicia. Los cuatro destacaron la importancia de las religiones como potenciales elementos de convivencia, en una sociedad amenazada por todo tipo de fundamentalismo y polarizaciones. En este sentido, los representantes de las administraciones alabaron el trabajo de entidades como Migra Studium y su Espacio Interreligioso, a la hora de sensibilizar a la sociedad sobre la diversidad religiosa y cultural que generan los movimientos migratorios.
Las dos ponencias centrales de la mañana fueron a cargo de Josep Otón, doctor en historia y profesor en el ISCREB, y Marta Burguet, doctora en Pedagogía y profesora de la Universidad de Barcelona. Otón reflexionó sobre cómo se está reconfigurando el universo religioso a partir de los tres elementos básicos de la interioridad, la espiritualidad y la religión. Lo que antes era claramente un predominio del elemento religioso, con su carga más institucional, hoy se está desplazando hacia la experiencia personal donde interioridad y espiritualidad juegan un papel muy importante. El ponente reivindicó la necesidad de recuperar el equilibrio entre los tres elementos para liberarlos precisamente los peligros que conlleva una interioridad sólo narcisista, un espiritualismo evasivo o una religión totalitaria. Paradójicamente, y en contra de lo que a menudo se cree, el pluralismo religioso, que a veces es fuente de conflictos, puede jugar, en el momento presente el papel de antídoto contra los planteamientos fundamentalistas.
La pedagoga Marta Burguet, por su parte, presentó los resultados de un estudio sobre la pedagogía de la convivencia, hecho a partir de analizar las actividades de numerosas entidades e instituciones educativas. Burguet apostó también por la necesidad de una pedagogía de la convivencia y de la interioridad, que permita a los individuos una interrelación basada en la confianza y en valores universales y compartidos.
La jornada se cerró con una mesa "de experiencias que construyen convivencia". Participó Hallar Abderrahaman que dio testimonio de su experiencia como musulmana y trabajadora social, con un profundo conocimiento de las posibilidades y las dificultades de la convivencia interreligiosa en puestos fronterizos como Ceuta. Por su parte, Laia Montserrat, psicóloga y docente del Posgrado de Educación de la Interioridad de la Universidad la Salle, explicó el trabajo en la difusión de una espiritualidad laica y su integración en la vida cotidiana, y qué efectos esta espiritualidad tiene en la vida de las personas. Y finalmente Prudencia Martínez, que narró en primera persona su experiencia en el descubrimiento de la espiritualidad como miembro de la comunidad Baha'í. La mesa fue moderada por Joan Hernández, director del Grupo de Trabajo Estable de Religiones (GTER).
La jornada se cerró con la intervención de Alícia Guidonet, organizadora del acto y coordinadora del Espacio Interreligioso de Migra Studium que agradeció a todos los presentes su asistencia y les emplazó a seguir creando espacios de encuentro y diálogo interconfesionales, que ayuden a un mejor conocimiento entre las personas a partir de vencer la desconfianza y el miedo.