Las puertas de la parroquia de San Ignacio de Loyola de Lleida se vuelven a abrir este mes de mayo para acoger a las personas temporeras que lleguen a la ciudad para trabajar en la campaña de recogida de fruta. El proyecto ofrece, además de la pernoctación, la posibilidad de disponer de todas las comidas y espacios de consigna y duchas a las personas que se acaben alojando. El espacio cuenta con 11 plazas de acogida.
Esta iniciativa es una respuesta de emergencia, que finalizará en cuanto se pongan en marcha los mecanismos de acogida que desde el Ayuntamiento de Lleida están previstos para estas personas a partir del 1 de junio, con la apertura del recinto del pabellón de Fira de Lleida.
Es el tercer año consecutivo que se lleva a cabo este proyecto, después del buen recibimiento que han tenido en los dos años anteriores, marcados por la pandemia. Personal técnico y voluntariado hace posible garantizar la cobertura de los derechos básicos de estas personas, a pesar de estar lejos de la respuesta consensuada e integral que reclamamos las entidades desde hace años.
Hace unos días se constataba la llegada de estas personas, aunque las heladas de principios de abril pueden provocar una disminución sustancial de trabajo, especialmente en lo que se refiere a la recogida de fruta temprana. Las entidades colaboradoras remarcan la importancia de remitir las situaciones de vulnerabilidad que se empiezan a percibir en calles y plazas de los municipios leridanos, a la espera de la solución definitiva que pueda llegar desde las instituciones.
Una iniciativa que es resultado de la colaboración entre cuatro entidades leridanas: Arrels Sant Ignasi, Cáritas Diocesana de Lleida, Cruz Roja y Fundación Jericó, y con la participación de la Plataforma Fruita amb Justícia Social. Las cuatro cuentan con la experiencia de trabajo y coordinación para intentar resolver la situación de este colectivo de la mejor manera posible y sensibilizar a la población por la buena acogida.
Información publicada en Catalunya Religió.