"La hospitalidad fortalece la capacidad de convivencia de una sociedad". Lo decían, el pasado jueves 2 de marzo Martín Iriberri SJ y Ander Arzamendi en el Casal Loiola de Barcelona, donde participaron en un diálogo sobre hospitalidad y acogida. Ambos son miembros de la Comunidad de Hospitalidad de Loiolaetxea, una iniciativa de la Compañía de Jesús en Donosti que trabaja en el acompañamiento residencial y referencial de personas mediante una experiencia inclusiva, generando vínculos, en su camino hacia la plena autonomía.
Esta charla ha sido el punto de partida del proyecto "Red de Hospitalidad" que está poniendo en marcha la Fundación Migra Studium en Cataluña. Tiene como objetivo promover una red de acogida y hospitalidad familiar y comunitaria durante un tiempo determinado y acompañamiento a personas migradas que lo necesiten. De este modo, la experiencia vivida y compartida por Martín Iriberri y Ander Arzamendi ha sido una buena dosis de energía para arrancar el proyecto. Precisamente lo que diferencia Loiolaetxea de otros programas sociales es que se trata de una comunidad en la que conviven laicos/as, jesuitas y personas en situación de vulnerabilidad, aportando un estilo de acogida y de convivencia familiar.
El diálogo giró sobre todo en torno el qué y el por qué acoger, para dar fundamento a la acogida proponiendo elementos claves tales como la importancia de sentirse vinculado y creer en el proyecto por parte de todas las personas que participan. Esta vinculación comunitaria, según Iriberri, es precisamente lo que rompe la exclusión y ofrece la posibilidad de alcanzar el éxito, que no será otro que la plena independencia de la persona que, por otra parte, seguirá vinculada a la red.
Un proyecto común, que nos fortalece en la convivencia
Otro aspecto que se destacó fue la importancia de la mesa compartida en el proceso de acogida, por lo que simboliza que compartir espacio y proyecto común entre las personas. De hecho, dijeron, "la hospitalidad nos llama a lo fraternal, en el acompañamiento y en la comunidad". Martín Iriberri quiso remarcar que "no se trata de solucionar un problema de alojamiento, sino de fortalecernos en la convivencia".
Finalmente, los dos invitados concretaron los elementos que entran en juego en la acogida. En primer lugar, por parte de quien acoge se requiere una capacidad y disposición bien orientada que parta de una decisión madura y libre. Después llegará la persona acogida, con la que se han de crear vínculos, pero no dependencias. De este modo, en su opinión, no se entiende la comunidad sin inclusión así como es difícil entender la inclusión sin comunidad.
El diálogo con Martín Iriberri y Ander Arzamendi fue un buen punto de partida para empezar a construir en Cataluña la Red de Hospitalidad como proyecto de acogida. Si queréis información sobre este proyectoo queréis participar, podéis escribir a hospitalitat.cat@gmail.com