Los Ejercicios Espirituales que escribió San Ignacio de Loyola son una pedagogía para releer la propia vida a la luz de Dios y descubrir hacia dónde enfocar el futuro, en aquellos momentos en que la persona siente esa necesidad de detenerse. Los Ejercicios completos se practican durante un mes entero, retirándose en una casa de espiritualidad y en silencio, de la mano de una persona experta, pero no siempre es posible hacer este paréntesis. Por eso desde hace más de 30 años que los jesuitas en Cataluña ofrecen la posibilidad de realizarlos durante seis meses, sin dejar los compromisos de la vida cotidiana y reservando un tiempo diario para la oración.
David Guindulain, jesuita y coordinador de los Ejercicios en la vida cotidiana en Cataluña, explica que "San Ignacio ya contemplaba esta posibilidad" y aclara que esta modalidad no debe entenderse en ningún caso como una manera más light de hacer los Ejercicios, sino, por el contrario, como una "oportunidad para orar en toda ocasión", integrando en la dinámica de los Ejercicios, lo que pasa en el día a día.
Una experiencia que siempre lleva a un cambio
El curso pasado fueron 28 las personas en Cataluña que realizaron los Ejercicios en este formato, y el número ha aumentado en los últimos años. Se trata de personas con una media de 40 años que por sus compromisos familiares o laborales no pueden retirarse totalmente durante un periodo largo de tiempo. "Generalmente", explica Guindulain, "ya tienen un recorrido de vida familiar y profesional, y sienten que tienen que añadir calidad a su vida". En cualquier caso, asegura, los Ejercicios "siempre llevan un cambio en la persona".
El caso de Mariona Font, que hizo los Ejercicios el curso pasado, es un poco diferente, ya que fue una decisión de pareja. "Llevábamos un año casados y decidimos dedicar el curso, entre otros, a ordenarse individualmente para que la relación se beneficiara. Además no quería que mi hábito de oración sólo fuera intenso en retiros donde se desconecta del mundo, sino también en lo cotidiano”. Ahora, una vez acabada la experiencia reconoce que le ha ayudado a "coger una rutina en la oración, sentirme acompañada, ordenamiento interno ... Ha hecho crecer mi fe y aprender a vivirla de diferentes maneras, sobre todo a ser más consciente de que Dios se hace presente en nuestro día a día."
Acompañamiento personal cada semana
A los participantes se les indican unas pautas para el trabajo diario y cada semana se entrevistan con un acompañante que los guía y ayuda en este proceso. Precisamente, Mariona asegura que "lo que valoro más positivamente es la figura del acompañante, que te escucha, te guía, te apoya, ruega por ti, te ayuda a abrir los ojos...".
Con todo, no siempre resulta fácil compaginar el ritmo de la vida diaria con encontrar los espacios de silencio y oración que requieren los Ejercicios. Para ella "ha sido difícil y ha sido necesario hacer un cambio de chip, para entender que lo más importante no es dedicar mucho tiempo al silencio y la meditación, sino ser consciente de la presencia de Dios en el día a día". En este sentido Guindulain aconseja utilizar un diario personal, en el que se vaya registrando cómo avanzan los Ejercicios.
Todo el grupo se encuentra de forma presencial en un retiro de fin de semana al principio, en medio y al final de los Ejercicios. Para David Guindulain, este es un punto importante ya que "aunque sólo se encuentren tres veces al año, se valora mucho esta comunidad de referencia y saber que esta experiencia se está haciendo conjuntamente". También piensa lo mismo Mariona, para quien "los tres retiros que se realizan a lo largo del curso ayudan detenerse, ver que no estás solo y sentir la fuerza de la comunidad".
Los acompañantes son tanto religiosos/as como laicos/as que se han formado en la maestría de los Ejercicios y son un equipo de personas distribuido por el territorio, para facilitar que cualquier persona que quiera realizar los Ejercicios pueda encontrarse con un acompañante relativamente cerca. En los casos en que esto no es posible, la entrevista se realiza por video llamada.
Las personas interesadas en realizar los Ejercicios Espirituales en la vida cotidiana deben tener una entrevista previa. Las inscripciones para la edición de este curso ya están abiertas, y el encuentro inicial será el primer fin de semana de octubre.
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