El jesuïta catalán Ramir Pàmpols estaba en Haití en enero de 2010, y fue testigo del terremoto que arrasó Port-au-Prince.
“Volvía de mi trabajo en el despacho de las Escuelas «Fe y Alegría» cuando, al bajar del tap tap, una pequeña camioneta que sirve de transporte urbano en Port-au-Prince, empezó a moverse el suelo a mis pies. Instintivamente, me coloqué en mitad de la calle para evitar las piedras que empezaban a caer de los edificios de ambos lados. Dos hombres salieron desesperados de una pequeña edificación que acababa de derrumbarse: uno, lleno de sangre; el otro, con los brazos abiertos dando gracias a Dios por estar vivo. A partir de aquel momento, mi trabajo fue suministrar desinfectante, vendas y medicamentos a la gente que venía a nuestra casa pensando que éramos capaces de curarlos”.
Así lo recuerda en el prólogo del cuaderno ¿Por qué Haití? que acaba de publicar el centro de estudios Cristianisme i Justícia, coincidiendo con los 10 años de un terremoto que destruyó las casas de un millón y medio de personas y se llevó la vida de más de 300.000.
Una realidad que ya estaba gravemente herida
El autor del cuaderno, el periodista Pau Farràs, pone de relieve tanto las causas de la devastación que provocó este terremoto como de sus consecuencias. "Haití condensa buena parte de las cosas que no funcionan en el mundo, empezando por un expolio colonial, por las consecuencias del imperialismo o la catástrofe medioambiental. Es un no acabar de derechos humanos pisoteados y de injusticias", afirma el autor, que denuncia las heridas que el colonialismo y neocolonialismo ha dejado abiertas en el país, uno de los más pobres y desiguales del mundo.
Para Ramiro Pàmpols, “el terremoto fue la manifestación más clamorosa de una realidad que ya antes de producirse estaba gravemente herida; incluso la mayoría de edificaciones no respetaban los mínimos exigidos para la construcción".
En esta publicación, Pau Farràs recoge en buena parte la experiencia que vivio al viajar al país en 2016 y constatar cuál es la realidad que vive. Su análisis también es muy crítico con el papel de las agencias internacionales y de cooperación que, en muchos casos, hacen crecer la dependencia. Farràs habla de un "imperialismo disfrazado de solidaridad", con el que agencias de cooperación internacional y ONGs actúan sin contar con la opinión ni con el trabajo de la población haitiana.
Por ello, para un futuro de esperanza, apuesta por un modelo de cooperación que haga partícipes del cambio a la población del país y trabaje también para su formación sobre todo en materias que contribuyan a la prevención de los efectos de las catástrofes naturales, el
Puede ver una entrevista a Pau Farràs, autor del cuaderno, aquí y se puede descargar el cuaderno en este enlace: ¿Por qué Haití?