Para profundizar en el conocimiento de la inmigración, la integración y la multiculturalidad, la escuela Jesuïtes Casp - Col·legi Sagrat Cor, con la colaboración de la Fundación Migra Studium, ofrece a los estudiantes de segundo curso de Bachillerato la posibilidad de viajar a Ceuta y Tetuán. Es una de las actividades de la escuela que se enmarca dentro del Proyecto África. Durante la estancia, los jóvenes visitan la valla fronteriza de Ceuta, conocen de primera mano el testimonio de los inmigrantes que han atravesado la cerca y mantienen un intercambio con jóvenes estudiantes de Tetuán.
"Los hombres construimos demasiados muros y demasiado pocos puentes ". Con esta frase de Isaac Newton cuatro de las participantes en el encuentro -Clara Bara, María Campmajó, Paula Cerdá y Mar Portabella - nos ofrecen un relato de las experiencias vividas durante el viaje, que este curso se realizó durante el mes de febrero. "Sabíamos el destino; Ceuta y Tetuán nos esperaban. Pero desconocíamos la realidad que encontraríamos. Un viaje largo, pero la ilusión y la motivación nos acompañaron durante nuestro trayecto. Tuvimos la oportunidad de concienciarnos y acercarnos al tema de la migración, mediante charlas grupales, debates, documentales, artículos... Días después, la visita a la valla y la charla con un representante de la Guardia Civil, acabaron de acercarnos a la problemática. El punto álgido de nuestra experiencia fue la visita a la asociación Elín, donde descubrimos de primera mano testimonios de la inmigración. En APISF (asociación para la Protección de la Infancia y la Sensibilización de la Familia en Tetuán) donde tratamos la inmigración a partir del juego con niños de la asociación".
La experiencia, valoran las chicas, les ha permitido conocer en primera persona realidades de las que habían estado hablando y reflexionando previamente. “Todo el esfuerzo realizado durante los dos últimos cursos de Bachillerato, haciendo campañas escolares para recaudar dinero para la fundación APISF acabarían tomando sentido. Poner cara a todos los niños que habíamos estado ayudando desde el Proyecto África de la escuela, fue realmente gratificante”.
Destacan, especialmente, el contacto con los jóvenes que se han visto obligados a abandonar su casa: "Conocer esta visión del mundo por parte de un grupo de jóvenes que ha tenido que abandonar su familia y todo lo que conforma su identidad, despertó diferentes sensaciones en cada uno de nosotros. Pero todos coincidimos con la gran injusticia del funcionamiento de nuestro sistema, que condiciona de forma drástica las personas simplemente por el origen de nacimiento".
Vivir estas experiencias, reconocen, les ha hecho darse cuenta de la complejidad del tema y preguntarse por qué hay personas que se encuentran con la necesidad de salir de su país de origen. “Es aquí donde encontramos la raíz del problema", dicen, "la migración no debería ser nunca la única opción para tener una vida digna".
El viaje ha sido también, para este grupo de jóvenes, un impulso hacia el compromiso. "Tenemos el primer paso, la concienciación. Ahora el tiempo para construir es nuestro", concluyen.