El pasado 8 de septiembre tuvo lugar la tradicional ofrenda floral a la Mare de Déu de Bellvitge en su ermita. El acto, siempre muy esperado por las entidades y vecinos del barrio, se vivió este año con un marcado carácter especial: la despedida de la comunidad de jesuitas tras 57 años de presencia ininterrumpida en Bellvitge.
Más de medio siglo de trabajo social, acompañamiento espiritual y compromiso con la justicia social han dejado una huella profunda en la historia del barrio. Aunque la comunidad de jesuitas se despide, la misión iniciada por la Compañía de Jesús en el barrio, con la colaboración de muchas otras personas e Instituciones, continuará a través del colegio Jesuïtes Bellvitge - Joan XXIII y la Fundació La Vinya, proyectos que mantienen viva la apuesta por la educación integral y la atención a las personas más vulnerables.
La ofrenda floral, en el marco de la Fiesta Mayor del Barrio, se convirtió así en esta ocasión en un emotivo homenaje a esta trayectoria. Carles Marcet, jesuita y hasta ahora rector de la parroquia de la Mare de Déu de Bellvitge, expresó la emoción del momento: "Este año los jesuitas nos vamos del barrio y esta celebración tienen el componente emotivo de podernos despedir de las entidades y todas las personas con las que hemos hecho camino juntos estos años”, comentó. La celebración concluyó con una llamada a la esperanza y al compromiso, con la confianza que la labor iniciada continuará con fuerza.
El mismo Marcet fue el encargado de pronunciar este año el pregón de las fiestas de Bellvitge, el pasado 6 de septiembre. En sus palabras, recordó a tantos compañeros que han compartido misión en el barrio desde 1968, con especial mención a Natxo Velasco, fallecido el pasado mes de julio, y a Pepe Ituarte, pioneros de una tarea educativa y social que dio frutos en el colegio Joan XXIII y en La Vinya.
En el pregón, Marcet destacó que la misión de los jesuitas siempre ha estado guiada por "la defensa de la fe y la promoción de la justicia", subrayando que ambas dimensiones deben caminar unidas. También animó a los vecinos a seguir trabajando en favor del bien común, recordando que el barrio sigue teniendo importantes retos: el acceso a la vivienda, la lucha contra el sinhogarismo o la preservación del espíritu de acogida.