Un grupo de 15 personas de diversos perfiles y procedencias (religiosas, religiosos, sacerdotes, laicos y laicas también de diferentes carismas eclesiales) fue invitado por EIDES-CJ -la Escuela Ignaciana de Espiritualidad del centro Cristianisme i Justícia-, a formar un grupo de trabajo sobre el discernimiento en común.
Personas con experiencia o responsabilidad de acompañamiento y liderazgo de comunidades cristianas, parroquias, equipos diocesanos, comunidades religiosas, monasterios, instituciones ignacianas y movimientos laicales, unidos, básicamente, por el amor a Jesús y el deseo de vivir en el espíritu de discernimiento.
"La experiencia de vivir un camino interior comunitario juntos, cada uno con sus matices y colores diferentes."
El grupo se ha reunido durante seis sesiones intensivas presencialmente en Barcelona a lo largo del curso y también ha realizado trabajo entre sesiones. El primer hito fue el estudio de la experiencia fundante de San Ignacio y los primeros compañeros, lo que en la tradición ignaciana se conoce como la Deliberación de los Primeros Padres (deliberación que tuvo lugar en 1539 donde decidieron, entre otros cosas, consolidar lo que habían vivido hasta entonces y buscar la aprobación del grupo como nueva orden religiosa de carácter apostólico: la Compañía de Jesús).
Las otras sesiones han sido ocasión para reflexionar a partir de diversas experiencias expuestas por los miembros del grupo, donde se han compartido buenas prácticas, dificultades, diferentes vivencias, acompañamientos o situaciones de discernimiento, vividas en el interior de sus comunidades o grupos.
En ambiente oracional y siguiendo el espíritu de la conversación espiritual, el grupo ha ido construyendo y tejiendo un pensamiento común a través de resonancias y movimientos interiores que se compartían.
Pau Vidal, coordinador de EIDES, destaca la riqueza del grupo y la metodología utilizada que ha permitido que “todos y todas las participantes reflexionen sobre su propio contexto a la luz de los temas clave que han ido saliendo a lo largo de las sesiones: la necesidad de delimitar bien el objetivo de cualquier discernimiento, el papel del acompañante o guía del proceso, el necesario clima oracional de todos los encuentros, las condiciones de posibilidad tanto personales como del grupo, el fruto de unión de ánimos y el tiempo necesario para reponer y confirmar el proceso de discernimiento.”
Para una de las participantes, Maite Valls rjm, "hemos hecho la experiencia de vivir un camino interior comunitario juntos, cada uno con sus matices y colores diferentes, pero todos y todas hemos hecho esta peregrinación interior en común". El inicio de los encuentros con un rato de oración y de silencio interior permitía "reponer el espíritu y hacernos conscientes de la presencia del Dios que nos habita, que respira y late dentro de nosotros, y que nos convocaba a ponernos a la escucha".
Maite Valls considera que "para todos y todas las participantes ha sido un verdadero regalo poder compartir, de fondo, y permanecer a la escucha durante las sesiones" y confía en que "esta peregrinación interior y sinodal marque nuestras vidas y sea también un regalo por los demás”.
Con ocasión de los 500 años de la conversión de Ignacio y del camino sinodal que toda la Iglesia está haciendo, EIDES-CJ ha querido impulsar este espacio de trabajo, reflexión y aprendizaje en común sobre uno de los aspectos clave para vivir de forma renovada personalmente, comunitaria e institucionalmente: el discernimiento en común.