El jesuita catalán Àlvar Sánchez ha participado este miércoles en la presentación de la campaña de este año de la ONG Manos Unidas.
Lo ha hecho al lado de Clara Pardo, presidenta de Manos Unidas, y Carlos Arriola, presidente de la Asociación Santiago Jocotán, de Guatemala.
Àlvar es superior de la comunidad de jesuitas de Nador, ciudad en la costa de Marruecos, desde donde participa en los proyectos de la Delegación Diocesana de Migraciones. En su intervención ha explicado por qué la Iglesia y también la Compañía de Jesús, están presentes en Nador.
Con tono sosegado y firme, y con cifras detrás de las cuales hay vidas, Àlvar insiste en la necesidad de plantar cara a la invisibilidad que, en este caso afecta a la vida de tantas personas afectadas por migraciones forzadas.
En su intervención alude a los problemas derivados del cambio climático, a una creciente violencia generada por estructuras políticas cada vez más débiles, a la pobreza y falta de oportunidades de tantas personas.
«A nuestra puerta llaman personas que sobreviven, como pueden, a la intemperie y a la enfermedad -dice Àlvar- también personas que han sido abusadas a lo largo de un trayecto en el que han visto fallecer a otras compañeras de viaje...».
La necesidad de compaginar el apoyo en frontera con el trabajo en los países de origen, para reducir los riesgos de la migración irregular, pide que no seamos indiferentes. Pide compromiso. Pide iniciativas y trabajo en red. Y pide recursos.
Àlvar termina su intervención invitando a la reflexión: «Las sociedades democráticas y los estados de derecho no debemos consentir la criminalización de quienes escapan del conflicto, la represión, las consecuencias de la degradación ecológica o los desastres naturales. El desplazamiento humano, inducido por la guerra, el hambre o por un déficit de desarrollo que condena a la población a vivir en el umbral de la miseria es un tipo de migración forzosa amparado por el derecho internacional humanitario y los convenios de Ginebra. Excluir de nuestro círculo al extranjero, tratar de ocultarlo tras el velo de nuestra indiferencia nos condena a un olvido mutuo y limita nuestra humanidad y libertad. Defender a las víctimas nos humaniza y vencer el miedo a lo desconocido nos hace más libres».
Podéis ver su intervención, así como el resto de la presentación de la campaña de Manos Unidas en este vídeo. Más información en este enlace.