Alberto Núñez SJ ofrece una nueva mirada de la Ratio Studiorum

Alberto Núñez, jesuita y profesor de ESADE, ha publicado recientemente El Eslabón perdido de la pedagogía jesuita, un libro en el que nos invita a redescubrir las claves de la Ratio Studiorum, el pilar de la pedagogía jesuita. Recogiendo la herencia de la tradición educativa de la Compañía de Jesús, Núñez ofrece una nueva mirada adaptada a los desafíos actuales, sin perder el espíritu original inspirado en los Ejercicios espirituales. 

Este libro fue presentado el pasado 30 de abril en ESADE, en un acto conducido por el Xavier Mendoza, antiguo director de ESADE, y en el que participaron, además del autor, la pedagoga Isabel Vilafranca, y el delegado de Identidad y Misión de IQS, Oriol Quintana.

Xavier Mendoza valoró la relevancia del libro para ESADE, recordando cómo este centro universitario hospedó a figuras como Alfonso Carlos Comín o Juan Nepomuceno García-Nieto, que tuvieron un papel destacado en la consolidación del Sindicato Comisiones Obreras en Cataluña y en la lucha antifranquista. Y es que, según comentó a continuación el autor del libro Alberto Núñez, durante los largos años de implantación de la Ratio Studiorum, los rectores y provinciales informaban a sus superiores, aún por encima de los aspectos estrictamente pedagógicos, sobre el bien que la implantación de escuelas jesuitas había causado en su entorno, ya fuera por sus obras de caridad como por su irradiación pastoral y de defensa de la fe.

Alberto Núñez explicó que su trabajo surge de la voluntad de conocer y dar a conocer lo más característico de la pedagogía jesuita. Destacó que la Ratio Studiorum es a la vez un manual pedagógico y un plan de estudios, pero también un manual de gobierno en el que la metodología de los ejercicios puede encontrarse de forma clara, si bien implícita. Destaca la unidad de cada uno de los aspectos que la Ratio Studiorum describe, de manera que se logre una máxima coherencia en el propósito. La Ratio Studiorum, explicó Núñez, aún poniendo el aprendizaje de los alumnos en el centro, valoraba especialmente la ejemplaridad de los profesores, que debían convertirse en una inspiración para los alumnos. A los profesores les daba ocasión de mostrar sus conocimientos a través de controversias teológicas de alto nivel, a las que asistían todos los miembros del colegio; con ello, el sentimiento de comunidad educativa y el entusiasmo por el aprendizaje quedaba reforzado.  En los antiguos colegios jesuitas se prescribían diversas expresiones artísticas, desde las composiciones literarias hasta las obras de teatro, con una clara idea de educación integral. 

El autor explicó asimismo cómo la Ratio Studiorum se fue configurando en una época en la que los planes de estudio eran inexistentes, con lo que los jesuitas gozaron de total libertad de diseñar este particular plan pedagógico. En el contexto actual, muy diferente, las comunidades educativas tienen el reto de encontrar la manera de ofrecer una educación integral, humanista y cristiana como lo fue la Ratio Studiorum.

En sus intervenciones, Isabel Vilafranca y Oriol Quintana reforzaron algunas de estas ideas. Vilafranca explicó cómo, gracias a la aportación de este libro, la Ratio Studiorum, a pesar de su antigüedad, aparecía como una propuesta fresca y con potencial renovador; mientras que Quintana habló de cómo la Ratio Studiorum, con su insistencia en los clásicos, garantizaba una continuidad con la herencia cultural que las escuelas y universidades jesuitas tienen el reto de continuar.