“Parafraseando a San Ignacio de Loyola, podemos afirmar que el seminario interno EIDES (Escuela Ignaciana de Espiritualidad) de estos dos últimos cursos ha nutrido a los que hemos participado más por lo que hemos recibido que por lo que hemos dado”, en palabras de los propios miembros del seminario.
Este espacio de reflexión de EIDES, que está integrado en el centro de estudios Cristianisme i Justícia, lo forman un grupo estable de 18 personas, laicos, laicas y jesuitas de procedencias muy diversas y dedicaciones profesionales variadas. Se encuentran bimensualmente para reflexionar sobre el sentido y valor de la espiritualidad ignaciana hoy.
el grupo se ha acercado a la huella que Ignacio dejaba en Arrupe
Hace dos años, el seminario se propuso seguir las huellas de Arrupe, a través de la lectura orante del libro “Pedro Arrupe, carisma de Ignacio” de Darío Mollà publicado por el Grupo Comunicación Loyola. De la pluma de Mollà el grupo se ha acercado a la impronta que Ignacio dejaba en Arrupe.
Entre los aspectos más destacados de este tiempo de estudio compartido, en primer lugar, el grupo coincidía en que el P. Arrupe recupera de alguna manera una espiritualidad teocéntrica, centrada en un Dios-Amor trinitario, abierto al mundo por la misión del Hijo, Cristo, pobre y humilde, en la Iglesia.
Asimismo, la expresión “encontrar a Dios en todas las cosas” mostraba la mística activa que se deriva, integrada en la vida familiar, laboral, comunitaria, amical... De alguna manera, la dinámica del amor se dibuja en esta experiencia de ser hombres y mujeres para los demás, por todas partes. Desde aquí el seminario reconocía que la espiritualidad ignaciana tiene una mistagogía propia, los Ejercicios Espirituales de san Ignacio, que generan una manera de vivir la vida, integrando a toda la persona, encontrando a Dios en la vida y disponiéndose por el discernimiento espiritual. Podríamos decir que es una espiritualidad relacional y misional, que dispone a la misión desde una manera de proceder en diálogo con el mundo.
hay que complementar el hecho de ser contemplativos en la acción, con la llamada a ser activos desde la contemplación
En cuanto a los rasgos que, desde el legado de Arrupe, nos interpelan hoy, el seminario de EIDES reconoce que queda mucho camino por hacer para profundizar en el compromiso con la dimensión ecológica y con la perspectiva de género, así como la actualización del compromiso con la justicia y el reto de velar por la dimensión comunitaria de la fe, a menudo amenazada por el individualismo.
El seminario cierra un curso que ha permitido intuir el paso del Espíritu por la vida de Arrupe. Uno de los frutos recibidos reconoce que es necesario complementar el hecho de ser contemplativos en la acción, con la llamada a ser activos desde la contemplación.
Desde el lejano 1978, pues, año tras año EIDES convoca a un grupo de personas diversas apasionadas para hacer siempre nuevo el legado recibido y ponerlo en diálogo con el mundo contemporáneo. El grupo motor del seminario interno ya está preparando el trabajo para el próximo curso. Además de este espacio de estudio, EIDES también promueve la publicación de los cuadernos “Ayudar”, varios grupos de trabajo en el seno del centro Cristianismo y Justicia y cursos de formación sobre los Ejercicios Espirituales tanto online como presenciales, la mayoría de ellas en colaboración con otras instituciones, como la Cova de Manresa, la Fundación Vidal i Barraquer, o Casa Kino, entre otras.
Para cerrar el curso, el sábado 10 de junio las personas vinculadas a EIDES han compartido un día de salida, oración y caminata de Manresa hasta el Santuario de la Salut de Viladordis, de origen románico, donde Ignacio de Loyola tenía costumbre de ir para hacer largos ratos de oración. Poder caminar por los senderos que Ignacio transitó y rezar donde él oraba siempre es fuente de inspiración.