Cristianisme i Justícia inaugura curso con la activista ecofeminista Yayo Herrero

La sala de actos de Cristianismo y Justicia se llenó a rebosar este lunes 15 de octubre para escuchar la activista ecofeminista Yayo Herrrero, invitada este año por el centro para el acto de inauguración del curso 2018-19, una actividad que, además, se ha incluido dentro de la programación de Barcelona Ciudad Abierta - Bienal de Pensamiento.

Yayo Herrero, antropóloga, ingeniera, profesora y activista, ofreció una conferencia sobre ecologismo y feminismo. Se trata de dos relatos que, según los responsables de Cristianismo y Justicia, son claves para construir esperanza y generar transformación social y sobre los que el centro viene trabajando últimamente, tal como ha explicado Óscar Mateos, responsable del área social del centro, encargado de presentar a la ponente.

"Se ha declarado la guerra a la vida", anunciaba Yayo Herrero al inicio de su intervención. Vivimos en un planeta con límites físicos, por lo que tener todo lo que uno quiere impide que otros tengan lo que necesitan para sobrevivir. Sostenibilidad, justicia y democracia son inseparables y deben estar integradas a cualquier propuesta de cambio.

Porque no es cierto, insiste Herrero, que el deterioro del planeta sea el precio a pagar para que todos puedan sobrevivir, sino que es la causa del empobrecimiento de muchas poblaciones, como ha reconocido la encíclica Laudato Si. La explotación de los recursos naturales para mantener el modelo de riqueza y de consumo que hemos creado se sostiene sobre el saqueo de territorios y la expulsión de las personas que viven en ellos a los márgenes de la vida.

Descubrir los graves problemas ecológicos que tiene el planeta "es un ejercicio de amargura", lamenta, pero es necesario para saber dónde estamos para poder pasar del diagnóstico a la propuesta: "hay que transitar a sociedades sostenibles, justas y democráticas, abordando los aspectos concretos ".

Nos alerta, sin embargo, ante las propuestas trampa, porque no vamos a resolver el cambio climático con soluciones tecnológicas y de mercado que sigan excluyendo a las mayorías sociales. Las propuestas que no sean universalizables son un privilegio al alcance de unos pocos y desembocan en un neofascismo verde.

Toda esta visión en el ámbito de la ecología no está en absoluto desligada de los posicionamientos feministas con los que la ponente ha reivindicado el papel de tantas generaciones de mujeres que sostienen la vida ocupándose de los cuidados. Son las familias y muy mayoritariamente las mujeres las que amortiguan la vulnerabilidad y la desprotección, cargando sobre sus hombros un trabajo no reconocido e invisibilizado de atención a los niños, a las personas mayores o a las personas dependientes que han quedado desamparadas por los recortes o la falta de políticas sociales. El trabajo del cuidado debe ser compartido entre mujeres, hombres, comunidades e instituciones, porque "nadie puede vivir sin ser cuidado y nadie debería poder vivir sin contribuir recíprocamente al cuidado de los cuerpos vulnerables".

¿Cómo hemos llegado hasta aquí? El mito del crecimiento económico como garantía de bienestar nos ha llevado a devorar lo que realmente sostiene la vida. La naturaleza que nos proporciona lo que necesitamos para vivir y el tiempo de vida de las personas que cuidan de los demás están en la parte que no vemos del iceberg. Y todo esto no se alimenta con la lógica del capital.

"Hay que desbancar a los mercados y poner la vida en el centro", reclama Yayo Herrero. Reconoce que no será fácil porque hay que cambiar la hegemonía económica, política y cultural, y esto no se hará sin conflicto.

Dice que el cambio económico, por muy difícil que parezca, es posible y ya hay propuestas concretas y viables. El gran reto, sin embargo, se encuentra en la disputa de la hegemonía cultural, que implica entender de manera diferente toda una serie de categorías como la autonomía, la libertad, la seguridad o la calidad de vida. En definitiva, asumir que somos seres ecodependents e interdependientes, y que no hay vida al margen de la comunidad. Esta, dijo, es una cuestión crucial y básica cuando vivimos en un momento de exaltación del ego.

Yayo Herrero ha cerrado su intervención reivindicando el amor como palanca de cambio, el amor entendido como capacidad de hacerse cargo de otras, como solidaridad y como capacidad de sufrir y de alegrarnos con los demás.

Este acto abre un curso en el que el centro de estudios Cristianismo y Justicia seguirá trabajando en la búsqueda de espacios e iniciativas que se convierten rendijas para la transformación. El director del centro, Xavier Casanovas, ha presentado algunas de las actividades y líneas de reflexión que marcarán el curso. También ha tenido un especial recuerdo para Jaume Botey, miembro del centro que murió a principios de año. Por su parte, el responsable del área de teología, Jaume Flaquer, ha hecho referencia a la figura de Oscar Romero, canonizado el día anterior en Roma, como ejemplo de las personas que hoy entregan su vida para luchar por la justicia social.

El acto de inauguración y la ponencia de Yayo Herrero se pueden ver en este vídeo:

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