El centro de estudios Cristianismo y Justicia acaba de publicar el cuaderno “¡Despertemos! Propuestas para un humanismo descentrado”, en el que el filósofo Jorge Riechmann, el teólogo José Ignacio González Faus y la feminista y activista por la paz Carmen Magallón, hablan del gran reto del cambio climático.
Hace justo un año, en el marco de la II Jornada de Pensamiento Fe y Justicia, los tres autores de este cuaderno se sentaron entorno a la misma mesa, invitados por Cristianismo y Justicia, para dialogar sobre lo que, según Jorge Riechmann, es el “Siglo de la Gran Prueba”, en el que nos jugamos el futuro del planeta y la supervivencia como especie.
Sus aportaciones durante la jornada se han recogido ahora en este cuaderno, que Cristianismo y Justicia ha titulado con el grito de “¡Despertemos!”, ante la urgencia y la envergadura de los retos que afrontamos. “En nuestra respuesta y capacidad de construir alternativas nos jugamos que en el futuro predominen las desigualdades, el autoritarismo y la destrucción de la naturaleza o, al contrario, la solidaridad, los derechos, la inclusión y la participación”, asegura la introducción del cuaderno.
En el diagnóstico de la situación los tres hablan del antropocentrismo cultural, sobretodo occidental, que ha llegado a su punto más álgido con el capitalismo. Frente a esto, desde la filosofía, la teología y el ecofeminismo, se plantean si es posible emprender un curso civilizatorio diferente, que busque otras metas y fomente otros valores: acoger al extraño, cuidar lo frágil, hacer las paces con la naturaleza, aceptarnos como los vulnerables seres mortales que somos.
Esta necesaria nueva manera de vivir exige conversión y también contención, como reclama Riechmann. “Poder dominar y no hacerlo: es la prueba de lo humano”, asegura el filósofo. Desde el ecofeminismo, Carmen Magallón reivindica los modelos, visiones y prácticas alternativas que ha generado y propuesto esta tradición. Situar en el centro la vulnerabilidad y los límites humanos contribuye a construir este humanismo descentrado que defienden los autores y este nuevo curso civilizatorio en el que, pide González Faus, “debemos hacer frente común todos aquellos, creyentes y no creyentes, que leemos la realidad de la misma forma”.