Más de doscientas personas se reunieron el pasado sábado, 20 de enero, ante las puertas del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de la Zona Franca de Barcelona. Era la cuarta edición de una vigilia de oración que organiza el grupo de la Fundació Migra Studium (entidad del Servicio Jesuita a Migrantes) que visita habitualmente a los internos del CIE, y que contó con la adhesión de una veintena de entidades. El mismo día se celebró también una oración a las puertas del CIE de Aluche, en Madrid, convocada por otra organización del Servicio Jesuita a Migrantes, Pueblos Unidos.
Este año el lema era "Vidas encerradas" y buscaba alertar de la gravedad de la situación que viven las personas internas en los CIE. Son personas privadas de libertad que no han cometido ningún otro delito que el "delito" de buscar una vida digna. Esta privación de libertad, según Migra Studium humilla, criminaliza y estigmatiza el conjunto de la población migrada, con el objetivo de generar en la opinión pública la idea de que sólo se expulsa a delincuentes peligrosos. Frente a esto, la vigilia reivindicaba la dignidad de las personas "sin papeles", los solicitantes de asilo, los apátridas ... una dignidad que tienen por el solo hecho de ser personas.
La primera parte de la oración consistió en la lectura de los testimonios recogidos por los voluntarios y voluntarias de Migra Studium que visitan el Centro de Internamiento. Los casos de Mohamed, Difariad, Said, Murad ... eran sólo una muestra de la realidad de sufrimiento que se vive tras los muros de un CIE. Testigos de menores no acompañados, de personas enfermas a la espera de recibir un tratamiento adecuado, de personas que lo único que querían es reunirse con sus familiares... Todos estos testigos, escuchados en silencio, a las mismas puertas del CIE, hacían resonar el dolor, la dignidad y la determinación. "Si me expulsan, volveré a entrar" decía en Mohammed; "Mi interior, es el único espacio de libertad" decía en Difariad...
En la segunda parte de la oración, se leyeron textos religiosos musulmanes y cristianos. Este año, y por primera vez participa en la vela la Asociación senegalesa Dahir Jazbuou Xoulob y el Centro cultural Islámico de Cataluña. El canto de la asociación senegalesa fue uno de los momentos más emotivos, ya que transmitió la intensidad de quien ha sobrevivido a un trayecto migratorio y ha pasado y pasa a través de todas las barreras.
La oración terminó con la lectura del evangelio, seguida del canto del Padrenuestro.
A pesar de ser una noche más cálida que otros años, la frialdad de los muros, de las vallas y la lejanía del lugar sirvieron para todos los que se acercaron a la Zona Franca, para tomar conciencia de uno de los muchos agujeros negros de injusticia y sufrimiento que genera nuestro mundo. Como suelen decir la gente de Migra Studium: "seguiremos acompañando y seguiremos denunciando, hasta que el último de los CIE cierre".