Más de 80 personas llenaron el espacio interreligioso de Migra Studium, en Barcelona, el sábado 23 de enero, en el tercer encuentro de voluntarios y voluntarias de las entidades que forman parte del sector social de la Compañía de Jesús en Cataluña. Las organizaciones convocantes eran la Fundació La Vinya, Arrels Sant Ignasi, Fundació Carles Blanch, Fundació Salut Alta, Migra Studium y Cristianisme i Justícia.
La jornada empezó con M. Carmen de la Fuente, coordinadora de las organizaciones del sector en Cataluña, dio la bienvenida a todos los asistentes y resaltó el valor que tiene este encuentro para hacer visible cómo en el variado conjunto de entidades, "compartimos una misión, una manera de hacer, de ver la realidad y, en definitiva, de estar en el mundo". De hecho, esta línea de actuación se reflejó en la presentación de las diversas organizaciones. La misión de abrir puertas y ofrecer servicios a los barrios, no es "perder el tiempo" sino invertirlo, para que todas las personas que son parte de las entidades puedan construir sus propios sueños.
A continuación, el jesuita Alberto Ares, delegado del Sector Social de la Compañía de Jesús en España, introdujo el tema central del encuentro. Presentó la campaña Hospitalidad, para acercar los materiales editados e ir creando red en el trabajo de acogida y acompañamiento. Por su parte, Miguel González, director de la Fundación Social Ignacio Ellacuría de Bilbao y coordinador del Servicio Jesuita Migrantes, ofreció la ponencia sobre "Construcción de hospitalidad", introduciendo contenidos de su publicación en Cuadernos de Cristianismo y Justicia "De la hostilidad a la hospitalidad".
Mediante una primera dinámica para hacer vivir la hospitalidad en primera persona, González recordaba lo importante que es hablar hoy en día, en que la construcción de muros está en auge, que hay también una constante interiorización de fronteras. Ya no es una virtud estrictamente privada sino que se está haciendo presente en la vida pública de nuestro día a día. De manera, que se trata de un valor que tiene un aspecto muy antropológico que conecta con el ser humano porque "todo el mundo necesita ser acogido" y, al mismo tiempo, también tiene una vertiente más teológica, haciendo presente una hospitalidad interna fruto de una tradición cristiana, con la necesidad de acoger.
Así, González define la hospitalidad como la acción o el valor "de abrir las puertas de nuestra casa, de la comunidad, del barrio, la cultura... y, sobre todo, las del corazón de la persona". En efecto, para hablar de hospitalidad también ha hecho referencia a la acogida, con énfasis en "la buena acogida", que es la que transforma al anfitrión y la que permite llegar a tener una relación de iguales para dar la posibilidad al huésped de llegar a ser ciudadano con igualdad de derechos.
Después de una pausa y del trabajo en grupos, en la puesta en común e intercambio de opiniones, se destacó la transformación de los roles, la evidencia de ver que todos compartimos la misma dignidad y el reto de incorporar la hospitalidad como una actitud del día a día para poder ofrecer pequeñas acciones hospitalarias cotidianas. Finalmente, Llorenç Puig, delegado de los Jesuitas en Cataluña, agradeció la tarea y el tiempo dedicado por parte de todo el voluntariado, dando muchos ánimos para continuar con el trabajo del día a día.