"Era forastero y me acogisteis". Este es el lema con el que se han encontrado este sábado por la tarde una cincuentena de personas que han participado en la vigilia de oración ante el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de la Zona de Franca de Barcelona, para pedir el cierre definitivo del centro.
Convocados por la Fundación Migra Studium, los participantes han escuchado relatos de historias de personas que han sido internadas en el CIE, y para las que la vida se ha visto súbitamente interrumpida. La lectura de los testimonios se ha acompañado con música, silencio y textos de diversas tradiciones religiosas que hablan de la acogida y la hospitalidad.
Pese a que el CIE de Barcelona se encuentra temporalmete cerrado por obras, Marga García O'Meany, coordinadora del grupo de voluntarios de Migra Studium que visita los internos, remarcó que "no es un cierre definitivo y el CIE volverá a abrir". Es por ello que la entidad ha querido mantener la convocatoria de la vigilia de oración, que se realiza por segundo año consecutivo.
Con acciones como ésta se quiere recordar y denunciar las vulneraciones de los derechos humanos que se producen en centros como éste. El abogado y colaborador de Migra Studium Josetxo Ordóñez señalaba las precarias condiciones que existen en materias como "la atención sanitaria, la comunicación con el exterior, la capacidad de defensa jurídica, e incluso la asistencia social".
Una de las voluntarias que visitan y acompañan internos del centro, Susana Bosch, explica que las personas que se encuentran en un CIE "viven con la angustia de no saber qué pasará, con el miedo de que en cualquier momento puedan ser expulsados". Esta incertidumbre es una de las cosas que más les angustia, según esta voluntaria.
La convocatoria de Migra Studium ha contado con el apoyo de las entidades Justicia y Paz, la JOC, la Delegación Diocesana de Pastoral Obrera y Cristianismo y Justicia.