Una de las áreas de acción prioritaria del sector social de la Compañía de Jesús es la infancia. Las Fundaciones La Vinya de L'Hospitalet de Llobregat, La Salut Alta y Carles Blanch, de Badalona y Migra Studium, de Barcelona, impulsan varios proyectos de acompañamiento y apoyo a niños y jóvenes en riesgo de exclusión social y quieren también animar la reflexión y sensibilización sobre la relación que existe entre educación y exclusión social.
Por este motivo, este mes de noviembre han convocado la segunda edición de la "Educación e infancia en riesgo", que esta vez se ha dedicado a la construcción de la identidad en niños y jóvenes de origen inmigrante, y las dificultades que se encuentran en este proceso, como consecuencia de sus experiencias personales o familiares. Para Mari Carmen de la Fuente, directora de La Vinya y coordinadora del sector social de los Jesuitas en Cataluña, iniciativas como esta son importantes para que la labor de las entidades sociales de los jesuitas "no están sólo para paliar carencias, sino para transformar la realidad social y las vidas de las personas”. Para de la Fuente hay que tener en cuenta que "a pesar de que las situaciones de pobreza y exclusión limitan las oportunidades de las personas, esta desigualdad no debe ser determinante".
Así, las entidades quieren "ayudar a reflexionar sobre la relación que existe entre educación y exclusión social, no como condicionante, si no como oportunidad que tenemos con la educación para romper dinámicas, cambiar itinerarios, acompañar a los niños y sus familias a crecer y construir un proyecto propio".
El encuentro, que tuvo lugar el pasado 6 de noviembre en el Casal Loiola de Barcelona, contó con la participación de Said El Kadaoui, psicólogo y escritor, nacido en Marruecos, que fue desgranando diversos temas que afectan a los niños y jóvenes de origen inmigrante. El Kadaoui habló de los duelos de la migración, que pueden comportar que el joven se encuentre en una situación de indefensión y vulnerabilidad. El psicólogo también señaló la importancia de la familia a la hora de superar este duelo y aclaró que a menudo las personas que sufren menos no son las que viven en su gueto idealizando el origen, sino las que se quieren integrar y encuentran serias dificultades para hacerlo. Una de estas dificultades puede venir por parte de la misma sociedad receptora, que tiene una imagen denigrada de la cultura de origen del inmigrante. Todo ello puede acabar provocando un vacío identitario.
Maribel Gómez, profesora y Asesora de Lengua, Interculturalidad y Cohesión Social, dio la visión de la escuela y los educadores respecto. Gómez lamentó que hay entornos que, por estar históricamente marcados por la exclusión social, como determinados barrios, condicionan mucho la identidad de los adolescentes. Habló también de la importancia de luchar contra el absentismo y proporcionar a los jóvenes un espacio de socialización tan importante como la escuela. La ponente también insistió en cómo la imagen social que proyectamos sobre los jóvenes es fundamental, y como las bajas expectativas que se ponen sobre una parte del alumnado condiciona sus posibilidades de éxito.