El mundo que hemos tenido bajo nuestros pies en las últimas décadas parece estar desmoronándose a marchas forzadas, al mismo tiempo que emergen nuevas formas de organización y participación desde la sociedad civil. El papel de los movimientos sociales puede ser fundamental en la articulación de una ciudadanía organizada que lidere un cambio “desde abajo” y genere una transformación social necesaria para superar el momento actual. Por este motivo Cristianisme i Justícia ha visto necesario dedicar un cuaderno al análisis de las características de los movimientos sociales y de las propuestas de transformación que se están planteando. Con el título “Cambio de época ¿cambio de rumbo?”, Òscar Mateos y Jesús Sanz empiezan situándonos en el contexto actual y sus posibles causas, para pasar después a la descripción del origen y las características de los nuevos movimientos sociales. Finalmente, los autores analizan algunas de las principales propuestas que son hoy objeto de discusión y de debate en estos movimientos.
Precarización, fractura social y crisis institucional
El momento actual está marcado por el dominio de un capitalismo financiero y especulativo, la precarización del mercado laboral, los recortes en gasto social, un fuerte crecimiento de la desigualdad y una creciente desafección política e institucional. El escenario actual es, según los autores, el resultado de la ruptura de dos contratos sociales: el económico y el consenso de la transición, que han regulado nuestra vida en las últimas décadas, así como por un desplazamiento del poder de la política a las finanzas. Ante esta situación, la emergencia de los movimientos sociales, que tiene su momento clave de visibilidad en el 15M, se erige como forma de expresión ciudadana de insatisfacción y al mismo tiempo de empoderamiento social. Su valor principal, según los autores, es el de devolver el debate a la sociedad: la necesidad de entender qué pasa, de posicionarse y de buscar alternativas.
La ruptura de un monopolio
Los movimientos sociales se han erigido en un actor clave, caracterizado por su funcionamiento en red y por la demanda de más democracia y justicia social. Para los autores “internet y las redes sociales han sido herramientas clave en las movilizaciones pero no, como a menudo se confunde, su causa”. “Su centralidad” –dicen los autores- “está en la ruptura, seguramente irreversible, de un doble monopolio: el de la forma de hacer política, a través de los partidos políticos y de las instituciones, y el de la forma de comunicar, a través de los medios de comunicación de masas”.
“Sí, ¡se puede!”: Aportaciones y propuestas de los movimientos sociales
Pero, más allá de las demandas, ¿los movimientos sociales tienen propuestas? Con el lema “Sí, ¡se puede!” insisten en la existencia de alternativas a las políticas imperantes y propones acciones concretas para la superación del modelo económico y productivo actual. Sus propuestas son, para los autores, el horizonte a seguir para hacer posible un cambio de rumbo.
El cuaderno presenta algunas de estas propuestas y líneas de trabajo:
- Ante la crisis de representatividad, pasar de una democracia de baja intensidad a una democracia de alta intensidad, con más participación en la gestión de los asuntos comunes y otra manera de entender la política. Esto pasa, según el cuaderno, por la creación de formas de innovación política que extiendan la participación ciudadana a todos los niveles.
- Determinar responsabilidades sobre la deuda para debatir sobre la legitimidad de esta deuda y cuáles han de ser las condiciones de su pago.
- Un modelo fiscal más justo y progresivo, la lucha contra el fraude fiscal y la especulación financiera.
- La apuesta por los bienes comunes y la soberanía alimentaria.
- Repensar el trabajo: revisión de las relaciones salariales para frenar la brecha salarial, medidas de reparto del empleo, apostar por el cooperativismo y la economía social, establecer una renta básica de ciudadanía, el reconocimiento de los trabajos no remunerados como el trabajo de cuidados,...
- Hacer frente a la crisis ecológica, orientando la economía hacia un modelo productivo que tenga en cuenta los límites ecológicos del planeta y apostando por visiones como la del decrecimiento.
Los autores concluyen que no es posible una propuesta de cambio si no se tienen en cuenta los límites ecológicos, y más y mejor democracia que haga frente a la crisis de representatividad en la que nos encontramos. Este texto también apunta a la importancia fundamental de los procesos que surgen “desde abajo” como motor del cambio social. En definitiva, el cuaderno aporta claves para la reflexión y la transformación en un momento de profundos cambios sociales.