Cuatro de las entidades que forman parte del sector social de los Jesuitas en Cataluña y que trabajan en el ámbito de la infancia han dado a conocer, durante dos miércoles consecutivos, la situación en la que viven los niños de los barrios cercanos y la intervención que llevan a cabo. Se trata de las Fundaciones Migra Studium de Barcelona, La Vinya de L'Hospitalet del Llobregat, La Salut Alta de Badalona y Carles Blanch, también de Badalona.
Estas organizaciones han convocado las primeras jornadas "Educación e infancia en riesgo de exclusión social", que se han celebrado en el Casal Loyola de Barcelona. La primera sesión, el 23 de octubre, giró entorno a la película Precious, que cuenta la historia de una adolescente de Harlem embarazada, que no sabe leer ni escribir y es maltratada por su familia. Gracias al acompañamiento de una profesora, que confía en ella y le muestra respeto, poco a poco saldrá adelante. Tras la proyección, el público debatió sobre la importancia de la dignidad, los vínculos y el reconocimiento para romper el círculo de la exclusión social. Claves que tienen bien claras los profesionales que han participado en la segunda sesión.
El segundo miércoles, 30 de octubre, ha consistido en una mesa redonda con Marta Sanchís, psicopedagoga del programa infancia y familias de Cáritas Diocesana de Barcelona, Maria Àngels Brescó, directora del colegio Jesuitas Poble Sec - San Pedro Claver; Pepus Vilageliu, educador social y pedagogo en la Fundación Carles Blanch, y Eulàlia Pagès, educadora y coordinadora del refuerzo educativo de la Fundación La Vinya. El coloquio fue moderado por Salvador Busquets, coordinador del Sector Social de los Jesuitas en Cataluña.
A partir del testimonio del trabajo diario de los profesionales y la interacción con la audiencia, se reflexionó conjuntamente sobre la educación de los niños y jóvenes que se encuentran en situación de absentismo y fracaso escolar. "Los niños van a la escuela con muy poca motivación, son conscientes de su fracaso, saben que llevan años haciendo los mismos ejercicios y continúan sin saber hacerlos, es un flotar sin rumbo”, explicaba Eulàlia Pagès. Por su parte, Maria Àngels Brescó añadía: "Es un reto trabajar las competencias cuando los niños están desmotivados, los mejores educadores y los más preparados deben estar dispuestos a ir escuelas como la nuestra, tenemos un 30% de familias en situación precaria y un 30% más en riesgo."
Se destacó, por parte de todos los profesionales, que la clave es acompañar a los menores ya sus familias, desde la ayuda, pero también desde la exigencia. Trabajar con ellos la red de recursos a la que pueden acceder, y reforzar sus puntos fuertes para afrontar las dificultades con las que se encuentran día a día. Al mismo tiempo todos afirman que hay que ser conscientes de los límites, de la implicación y de las fuerzas que uno puede ofrecer. “No te has de quedar en el dolor", comenta Pepus Vilageliu. Marta Sanchís está de acuerdo: "Si sufres, no puedes acompañar bien, y si no puedes acompañar, no puedes trabajar bien."
El grupo organizador de las jornadas está satisfecho de los resultados y ha manifestado interés en dar continuidad a la iniciativa.
Crónica: Lucia Montobbio (Migra Studium)